domingo, 14 de septiembre de 2008

Café con chocolate

Locura inconciente del café de mis venas
Aquel líquido oscuro recorre mi cuerpo
Y llega al corazón, que se detiene...
1,2,3 infinito...
Y no vuelve, jamás vuelve
Se ha ido con otra
Y todo se siente vacío
Tic-Tac
De un reloj que anuncia la muerte
Cucú - Cucú
Sale un pájaro ahorcado
En la sala de espera, de los profugos del alma
En donde el color se extingue
Café y chocolate
El chocolate de los locos
Nosotros, los locos
Que con una risa esquizofrenica,
Saludamos la muerte de colores sicodelicos
El café para los viejos,
Nosotros, los viejos
Que con un suspiro de tabaco
Y con la sádica e irónica risa,
Nos burlamos de los vivos,
Nosotros, los muertos.
Y para mi esta vieja demente...
Café con chocolate, y una risa socarrona
Que rompé el vacío de la noche
De los tontos que duermen

jueves, 11 de septiembre de 2008

Un suspiro ahogado en el vacío

Quisiera que el mundo escuchara
Aquel grito desesperado
Del orgasmo olvidado de tu juventud
Aquella juventud que se pierde
Con el suspiro del viento.

Hoy, sigues esperando, esperandolo a él
Desnuda, junto al rojo terciopelo de tu cama
Que está roto y desgastado
Lleno de manchas de burdel
Más tu lo ves perfecto
Como si no hubiera, el tiempo pasado
Desde que él se fue

Muchos hombres han pasado por allí
Olvidando dolores
Saciando la sed que deja un desamor
Intentando econtrarse
O perdiendose aún más
Y tú? Allí, impasible
Repartiendo orgasmos fingidos
A diestra y siniestra...

Todos estos años
Esperando, esperandolo a él
Aquel amor lejano,
Aquel que trascendió del sexo
Para convertirse en amor
Aquel que te prometió volver
Y que por eso lo esperas

Tu cuerpo ya curtido
Por las manchas del tiempo
Un corazón repleto de cicatrices
Las piernas surcadas de estrías
Tu sexo seco y marchito
Pero tu esperanza intacta

Oh! Mujer ilusa ¿Por qué sigues allí?
Miles de veces has dicho:
Que todos son iguales
¿Lo has olvidado?
¿Por qué ha de ser él diferente?
El jamás ha de volver.

De repente te percatas de la realidad
El terciopelo está roto
Como tu corazón
Allí esta la botella de vodka
Esperando por la celebración
A su lado los tranquilizantes,
Con los que escapaste todo este tiempo
A ese sueño, de aquel hombre perfecto
Producto de la ilusión, de un corazón
Que no ha nacido para amar.

El negro

Un cuchillo que rompe con su sigilo el silencio de la noche, un susurro de muerte que espanta las moscas que el hedor de su sudor han atraído… El mosquitero se rompe con la misma delicadeza con la que aquel día rasgaste su falda… Una delicadeza cargada de pasión desenfrenada, pero aun así, valga la redundancia, delicada… Allí está ella con la cara perlada por el sudor del extremo calor que albergan los inmensos cañaduzales; ella ha olvidado aquel loco amor que en antaño los hacia correr desnudos por las selvas de aquel pacifico despiadado que aun hoy sabe a bocachico y patacón… Lo ha olvidado, o mejor dicho lo ha convertido… Y ahora es un odio profundo aumentado por el hambre y el llanto de los hijos abandonados en la vieja casucha que el viento está por derribar… El cuchillo oxidado, algo sucio aun… rompe el mosquitero y ni siquiera te inmutas, sabes que esta ahí, que lo mereces, aceptas tu muerte, mas nunca jamás has de aceptar tu error… primero se es negro muerto, que negro humillado...

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El negro by Maria Elisa Rojas M is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Colombia License.
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