martes, 26 de julio de 2011

Simplemente...

Para Gabriel, quien me regaló sonrisas, me secó lágrimas y me robó uno que otro malgenio... Feliz  día, feliz vida, feliz tú.

Hoy simplemente me senté a escribir...
Hoy simplemente quise pensar...
Recordar, volar, viajar, correr, reír, llorar y sentarme de nuevo...
Hoy simplemente descubrí mi alma solitaria desnuda en el baño...
Y simplemente me sorprendí de lo sola que estaba...

La vi, allí sentada, elegante pero miserable...
Chick pero totalmente desconsolada, con las medias rotas y el maquillaje corrido...
Estaba sola, sola y miserable...
Pero sonreía con una copa de vino en una mano, y un cigarro en la otra...
Sonreía y lloraba, la vieja loca...
Vieja, pero hermosa...
Era mi alma sentada en el baño...

Al verla allí, me sentí desalmada...
¿Qué hacía la vagabunda allí?
¿No debería estar metida en mi corazón?
¿O en donde diablos se supone que vive?
¿O es que vive en el baño y yo ando por ahí sin alma y sin corazón?
... Ah por ese pendejo no pregunte, se fue corriendo de un susto y no volvió...

Entre, me miró y alzó la copa...
Seguí derecho, estaba indignada, o eso le hacía creer a ver si me miraba...
Pero la loca esa, soltó una carcajada y se empinó la botella...
Me senté en el alféizar de la ventana y miré al infinito...
¿Te conté que es mi sitio preferido? El alféizar... Y el baño también...
Si, desde que leí Millenium, siempre soñé con ese alféizar, con esa ventana, con Estocolmo...

¿Dónde estoy? Vaya usted a saber...
Me perdí hace rato...
La loca del alma se ríe, yo, la loca desalmada pide un trago...
Ese vino dulce pero seco, ese vino que tanto amo, ese vino que te llena de nostalgia y te hace volar...
Lo saboree y seguí mirando por la ventana...

Ella tomaba a pico de botella, yo brindaba con mi copa, sonaba un piano despechado y yo...
Simplemente, me senté a volar...

domingo, 23 de enero de 2011

De tierras extrañas... Y de lazos de sangre...

Apenas sus pies tocaron la firme tierra...
Cuando la primera brisa sacudió el pelo que caía en su frente...
En el instante en que los rayos de sol golpearon su rostro, en ese preciso momento supo que una nueva aventura se extendía frente a sus ojos...
Y sonrío.
Una sonrisa sincera como sus motivos, estaba allí porque quería, si una razón más precisa...
Todas aquellas peroratas que había dado a su familia y conocidos para justificar el viaje se habían quedado en el portaequipajes del avión, acá sólo importaba la verdadera razón... Quería una aventura, cambiar de rumbo, conocer nuevos aires...
Por eso, dejó todo atrás, y con la actitud aventurera de un nuevo día, empezó a correr...
Cada paisaje ha quedado grabado en su recuerdo, cada lugar, sabor, color, aroma...
Pero hay algo más fuerte que la memoria... El corazón...
Y es allí donde quedan las personas que llenan de motivos verdaderos esta aventura... :)

Especialmente dedicado a Gabo y a Virgie por llenar mi aventura de sonrisas, por hacerme sentir en casa... Por hacerme sentir en familia...